Cuando vamos a una empresa que está especializada en comprar vehículos usados nos recibirá un tasador, una persona que es la que pone el precio fijándose en varios puntos con el fin de dar un precio justo para nosotros y que permita a este concesionario ganar dinero.
La tasación puede variar dependiendo de muchos factores, así que vamos a ver unos consejos para intentar que la cantidad sea lo más alta posible.
Parece una obviedad, pero nunca hay que llevar un coche sucio y descuidado a tasar. La suciedad exterior, y sobre todo la interior, son un inconveniente para que nos den un precio alto, pues el automóvil parecerá descuidado.
No solo es la apariencia, sino que el vehículo va a dar la sensación de que no ha sido bien cuidado, por lo que el dinero que nos pagarán se fijará a la baja.
Algo que aporta mucho a un coche usado es que tenga el mantenimiento hecho de forma correcta, sobre todo si se trata de operaciones que cuestan mucho dinero, como el cambio de la correa de distribución, del embrague, del turbo, etc.
Si hemos hecho algunos de esos mantenimientos lo mejor es aportar las facturas del taller. Con ellas demostramos que se ha realizado la sustitución de esas piezas y el valor de la tasación aumentará de manera considerable, pues el comprador pagará más por un coche al que no le tiene que hacer sustituciones de piezas caras nada más llevarse el vehículo a casa.
Cualquier coche usado puede tener desperfectos que le restan valor. Unos arañazos en la puerta, un parachoques roto, una ventana que no sube, un botón roto, etc.
Con el fin de que nos compren nuestro vehículo a un precio más alto podemos arreglar esos pequeños fallos, sobre todo si la factura no es muy elevada y es posible recuperar lo que vamos a invertir.
A veces, no nos quedará más remedio que hacer arreglos más caros, pues un coche al que no le funciona el climatizador tiene un valor bajo, y lo mismo ocurre con uno que tenga un problema de culata.
Aquí solo habrá que hacer cuentas dependiendo del tipo de vehículo que poseamos. Un coche muy caro con la culata rota puede seguir valiendo mucho dinero (aunque si lo entregamos así la tasación estará muy por debajo de su valor), mientras que un coche generalista con muchos km no valdrá nada y es posible que nos interese más llevarlo a un desguace.