Cada fabricante determina cuándo y cómo deben efectuarse las revisiones de los vehículos de su marca, y suelen estar reguladas por los kilómetros recorridos o el tiempo transcurrido.
Generalmente, la primera revisión suele efectuarse a los 15.000 kilómetros o transcurrido el primer año de uso.
Este primer chequeo está basado en la revisión de los distintos niveles de líquidos, la batería, los frenos, los filtros, los amortiguadores, las luces, los neumáticos o las escobillas. Aunque cada fabricante define sus propios puntos a revisar.
La segunda revisión oficial, también en función de las normas de cada fabricante y modelo, se suele situar alrededor de los 30.000 kms.
En esta segunda cita los puntos que se revisan suelen basarse en los sistemas de seguridad, revisión de niveles de líquido y los elementos de la primera revisión.
Transcurridos estos dos primeros chequeos, las revisiones sucesivas suelen efectuarse cada 30.000 kms. y los puntos de control están compuestos de la suma de las dos visitas. No obstante, volvemos a recordar que cada marca dicta sus propias normas.